jueves, 30 de enero de 2014

RELATO DE INCESTO: MI HERMANA MARIA

He vivido a solas con María, mi hermana mayor,  y mi padre, desde que mamá falleció.  La vida ha sido dura desde ese fatídico día. Cada dos o tres noches, mi padre llega a casa ebrio o malhumorado. Me golpea, se echa a la cama y desaparece con un mueble de la casa .  El no siempre fue así: cambió cuando mamá murió. Pero todo lo que tenemos se lo debemos a él.
Mi padre sólo quiere desquitarse. Me tira un manotazo o una patada, es todo. A veces, ni siquiera, me mira; se encierra en su cuarto y, más tarde,  sale cargando algo. Regresa por la mañana y duerme todo el día.
María cocina para los tres. A sus 23 años,  prácticamente mantiene toda la familia. Yo no me siento a gusto con eso; siempre le estoy haciendo promesas, pero, a cabo de ingresar a la universidad y aún no puedo cumplir ninguna.
 El sábado pasado, llegué un poco más tarde de lo que acostumbro. Encontré la sala completamente vacía. Ni si quiera, se me ocurrió pensar que había sido un ladrón. Yo dormía en el sillón así que también faltaba mi cama. María llegó unos minutos después. No dijo nada. Caminó resignada, con la cabeza agachada, hasta la cocina, preparó algo ligero de comer con lo que encontró y nos fuimos a dormir a su cama. Estábamos muy unidos. 
Cerca de las dos de la madrugada escuché la voz de María y desperté acalorado con sudor en mi cuerpo.  "!Gabriel!", me había llamado mi hermana dos o tres veces antes de que abriera los ojos. María estaba encima de mí, llorando; sus lágrimas goteaban en mi rostro mientras su sexo aplastaba una erección que no sabía que tenía. "!Discúlpame, Gabriel! No te molestes conmigo", decía mientras acomodaba mi verga en su sexo.  
Me quedé mudo, inmóvil, sin atreverme a levantar la vista. Todo fue repentino. Veía a mi hermana y sentía a una mujer. Mi pene, mojado, entraba y salía manteniéndose duro, inmoral y lejano.  Después de unos minutos, María comenzó a gemir. Yo cerré los ojos y me concentré en que todo acabara pronto. !"Gabriel, no termines adentro!", gritó mi hermana, "!Avísame cuando acabes!" Me contraje dos veces y eyaculé desmedidamente. "!Te dije que me avisaras, Gabriel!", gritó y salió corriendo al baño.  Esa fue mi primera vez. Ha pasado un mes desde entonces  

No hay comentarios.:

Publicar un comentario